No derrite ni se contrae en
llama, carboniza solamente a temperaturas muy altas.
Cuando el kevlar incrementa su
temperatura, hay una inmediata pérdida de peso.
El Kevlar descompone a altas
temperaturas (420-480 grados centígrados) manteniendo parte de sus propiedades
mecánicas incluso a temperaturas cercanas a su temperatura de descomposición.
El
módulo elástico se reduce entorno a un 20% cuando se emplea la fibra a 180
grados centígrados durante 500 h. Estas propiedades junto con su
resistencia química hacen del Kevlar un material muy utilizado en equipos de
protección
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